Pruebas y aflicciones después de la conversión (parte 2 de 2)
Descripción: Breve exposición sobre cómo los profetas y los sahabah enfrentaron pruebas y tribulaciones con taqwa y paciencia.
Por Aisha Stacey (© 2012 NewMuslims.com)
Publicado el 09 May 2019 - Última modificación 25 Oct 2016
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Objetivos:
·Aprender cómo emular a nuestros antepasados virtuosos.
Términos árabes:
·Taqwa: Temor de Allah, piedad, consciencia de Dios. Describe un estado de recordar a Allah en todo lo que uno hace.
·Sahabah (plural de sahabi): Se traduce como "compañeros". Un sahabi, como se utiliza comúnmente la palabra en la actualidad, es alguien que vio al Profeta Muhammad, creyó en él y murió como musulmán.
·Shaitan: Es la palabra utilizada en el Islam y en idioma árabe para referirse al demonio o Satanás, la personificación del mal.
·Sunnah: La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.
Una de las cosas realmente reconfortantes sobre el Islam es que todo sucede por el Decreto de Allah. No cae una hoja ni canta un pájaro ni nace un niño ni es levantado un edificio sin el conocimiento y el permiso de Allah. Él es el Creador del universo y el autor de nuestras vidas. Él es el responsable de lo bueno y lo malo (como nosotros lo percibimos), los momentos de dificultad y los de facilidad. Es reconfortante saber con certeza que nuestra existencia es parte de un mundo bien ordenado, y que la vida se está desarrollando como debería; este es un concepto que trae serenidad y paz.
“Los pondremos a prueba con algo de temor, hambre, pérdida de bienes materiales, vidas y frutos, pero albricia a los pacientes” (Corán 2:155).
Los profetas de Allah fueron personas virtuosas llenas de taqwa, pero también enfrentaron pruebas y tribulaciones. Asumieron sus pruebas con paciencia e incluso con gratitud, y pudieron aprender de sus experiencias. Fueron perseguidos por sus propias comunidades y sufrieron.
El Profeta Noé invitó a su pueblo a acercarse a Allah día tras días, año tras año, durante 950 años, y cada día soportó la mofa y las burlas hasta que, finalmente, ya no pudo más y Allah lo rescató a él y a los creyentes, no solo de las aguas del diluvio sino también del mal de la gente.
El Profeta José fue abandonado por sus propios hermanos, tirado a un pozo, vendido como esclavo, y pasó muchos años en prisión injustamente. Como Noé, jamás permitió que su fe en Allah vacilara. Su taqwa era su escudo.
Como seres humanos sufrimos pruebas y angustias a menudo en forma de enfermedades, lesiones y condiciones médicas, pero nadie tanto como el Profeta Job. A pesar de todas las pérdidas que sufrió ―pérdida de riqueza, de propiedades y de familia― él se mantuvo paciente y continuó confiando en Allah. Finalmente, la salud le fue arrebatada, fue golpeado con una enfermedad de la piel y sufrió dolores severos día y noche, y todos los que lo conocían lo abandonaron, con excepción de su esposa, quien por la misericordia de Allah se quedó con Job incluso cuando no tenían un centavo. En ningún momento culpó Job a Allah, y su salud, riqueza y familia le fueron devueltas. Se puede encontrar un relato completo de la historia de Job aquí[1].
Adorar a Allah con total sumisión requiere paciencia. Es fácil adorar durante unos cuantos días o semanas, pero debemos ser consistentes. Orar día y noche requiere paciencia, ayunar requiere paciencia, y vivir con angustias y penas requiere paciencia. Es por ello que escuchamos a menudo que fulano tiene "la paciencia de Job". El Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) también sufrió enfermedad. Su amada esposa Aisha dijo: “Jamás vi a nadie sufrir tanto por una enfermedad como al Mensajero de Allah”. Para el creyente, el sufrimiento puede ser una bendición. Un creyente sabe que Allah, en Su misericordia, expiará algunos de sus pecados si se mantiene paciente. En la Sunnah encontramos que el Profeta Muhammad dijo: “Ningún musulmán es afligido con daño alguno debido a enfermedad u otra inconveniencia, sin que Allah le quite sus pecados como un árbol pierde sus hojas”[2].
Entre los sahabah hubo muchos que fueron duramente perseguidos o incluso asesinados después de hacerse musulmanes. El tío de 'Uzman lo envolvió en una estera de hojas de palma y encendió un fuego debajo de él. Cuando Umm Mus‘ab se enteró de la conversión al Islam de su hijo, se negó a alimentarlo, y luego lo expulsó de su casa. Bilal fue golpeado con severidad por su amo cuando este supo de su conversión al Islam. Algunas veces le pusieron una cuerda alrededor del cuello y obligaron a los muchachos a arrastrarlo por las calles, subiendo y bajando las colinas que rodeaban La Meca. A veces lo sometían a inanición, e incluso lo ataban y lo obligaban a tumbarse en la arena ardiente bajo la carga aplastante de piedras pesadas. Bilal sobrevivió y tiene el honor de ser la primera persona en llamar a los musulmanes a la oración. Su historia también se puede leer aquí[3].
Los problemas y las dificultades que surgen a veces después de la conversión al Islam no son un indicador del carácter de una persona ni del placer o descontento de Allah. Son una parte en extremo importante de la prueba que llamamos la vida de este mundo. Debemos soportarlos con paciencia y con gratitud, sabiendo bien que nuestras vidas reales aún no han comenzado. Allah es el único que conoce la sabiduría completa detrás de por qué les ocurren cosas buenas a personas malas y por qué les ocurren cosas malas a personas buenas. En general, todo lo que nos hacer regresar a Allah es bueno y debemos soportarlo con paciencia y estar agradecidos. En épocas de crisis, la gente se acerca a Allah porque Él es la fuente de todo consuelo y compasión. Allah nos quiere recompensar con la vida eterna, y si el dolor y el sufrimiento pueden llevarnos al Paraíso, entonces las pruebas y tribulaciones son una bendición. El Profeta Muhammad dijo: “Si Allah quiere hacer el bien a alguien, lo aflige con pruebas”[4].
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