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Los califas bien guiados: Abu Bakr (parte 2 de 2)

Valoración:

Descripción: Continuación de la breve biografía del compañero, amigo y suegro del Profeta Muhammad, Abu Bakr.

Por Aisha Stacey (© 2013 NewMuslims.com)

Publicado el 09 May 2019 - Última modificación 17 Mar 2015

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Objetivos:

·Entender la importancia del papel de Abu Bakr en la historia del Islam.

·Reconocer la relación especial entre el Profeta Muhammad y Abu Bakr.

Términos árabes:

·Kabah: La estructura en forma de cubo ubicada en la ciudad de La Meca. Sirve como un punto focal hacia el cual se orientan los musulmanes durante la oración.

·Sunnah: La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.

·Zakat: Caridad obligatoria.

·Ummah: Se refiere a la comunidad musulmana en su conjunto, independientemente del color, raza, idioma o nacionalidad.

Abu Bakr, el protector (continuación)

·RightlyGuidedCaliphsAbuBakr2.jpgLos dos amigos, Abu Bakr y el Profeta Muhammad, se veían todos los días, y cada día su amistad y su comprensión del Islam crecía. Abu Bakr sintió que era su deber proteger al Profeta Muhammad. Un día, mientras rezaba en la Kabah, el Profeta Muhammad fue atacado. Un altercado que comenzó como una burla, se convirtió rápidamente en un abuso físico. Cuando se le informó a Abu Bakr, corrió a la Kabahy se lanzó al centro de la pelea gritando: “¿Matarán a un hombre por decir que Allah es su Señor?”[1]. Los mecanos quedaron aturdidos momentáneamente, pero luego cayeron sobre Abu Bakr y lo golpearon tanto que la sangre fluyó libremente y le enredó el cabello. Aunque golpeado hasta perder la conciencia, la Sunnah nos informa que las primeras palabras de Abu Bakr al despertar fue preguntar con urgencia sobre la condición del Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él).

·En otra ocasión, cuando el Profeta Muhammad estaba rezando en la Kabah, uno de los líderes de La Meca tiró un trozo de tela alrededor de su cuello y comenzó a estrangularlo. Había mucha gente observando, pero nadie tuvo el valor suficiente para detener el hostigamiento, excepto Abu Bakr, que se apresuró y combatió a la persona que atacaba a su querido amigo.

Abu Bakr emigra

·Un día, bajo el calor del sol de mediodía, el Profeta Muhammad visitó la casa de Abu Bakr. Le reveló a su amigo que Allah había dado permiso de dejar La Meca. Aisha narró que su padre lloró al escuchar que iba a ser el compañero del Profeta Muhammad durante el viaje. No lloró por temor, sino por alegría. Abu Bakr se sintió abrumado por la emoción de que él acompañaría y protegería al Mensajero de Allah.

Esa misma noche, el Profeta y Abu Bakr salieron al paisaje nocturno del desierto, y Allah los protegió a ambos con una red de engaños. Abu Bakr y el Profeta Muhammad se dirigieron a Yazrib (más tarde llamada Medina), pero sabían que los mecanos estarían furiosos y los buscarían por todas partes, por lo que se escondieron durante tres noches en una cueva al sur de La Meca. El grupo de búsqueda estuvo tan cerca, que Abu Bakr podía ver la parte superior de sus zapatos. Pero el grupo se quedó fuera de la cueva, no entraron pues Allah los cegó para que no vieran la entrada.

Abu Bakr, el guerrero

·La primera batalla en la que participó la nueva nación musulmana fue la Batalla de Badr. Los hombres se negaron a permitir que el Profeta Muhammad estuviera en el frente, y le construyeron un refugio detrás de las tropas. Fue Abu Bakr quien se ofreció como voluntario para proteger a su Profeta. Nadie más estaba dispuesto a hacerlo, posiblemente porque querían estar en medio de la batalla. Sin embargo, Abu Bakr entendió que la vida del Profeta Muhammad era de la mayor importancia. Mientras el Profeta Muhammad estaba en el refugio, se podía ver a Abu Bakr caminando de un lado a otro, con su espada desenvainada, listo para defender a su compañero. Más adelante en la batalla, el Profeta Muhammad lideró el batallón central y Abu Bakr el flanco derecho.

·En 630 E.C. el Profeta Muhammad decidió dirigir una expedición a Tabuk en la frontera con Siria. Se necesitaba una gran cantidad de ganado y equipo para la expedición, por lo que el Profeta Muhammad invitó a los seguidores a hacer contribuciones y donaciones. En la Sunnah se dice que Abu Bakr entregó toda su riqueza para financiar esta batalla. Cuando el Profeta Muhammad le preguntó cuánto había donado, Abu Bakr le dijo: “He traído todo lo que tenía. He dejado a Allah y a Su Profeta para mí y mi familia”[2].

Abu Bakr, el Califa

·Abu Bakr dirigió a los musulmanes durante la época más intensa y difícil que había enfrentado la Ummah. El Profeta Muhammad había fallecido y varias tribus se rebelaron al negarse a pagar el Zakat. Al mismo tiempo, hubo impostores que reclamaron la profecía y comenzaron a rebelarse. Bajo estas circunstancias, muchos le aconsejaron a Abu Bakr que hiciera concesiones, pero él no estuvo de acuerdo, insistiendo en que no había distinción entre ninguno de los pilares del Islam, en especial comparando el Zakat con la oración. Él insistió en que cualquier concesión erosionaría los cimientos del Islam. Las tribus rebeldes atacaron, pero los musulmanes estaban preparados y su defensa fue liderada con éxito por el propio califa, Abu Bakr. Él también obligó a los falsos aspirantes a la profecía a retractarse de sus reclamos, y la mayoría de ellos se sometieron a la voluntad de Allah al volverse a unir a la Ummah.

Abu Bakr murió en agosto de 634 a la edad de sesenta y tres. Fue enterrado al lado de su querido amigo y líder, el Profeta Muhammad. En su breve califato de veintisiete meses, fortaleció a la Ummah musulmana contra los peligros que amenazaban su existencia.

El amor y la devoción de Abu Bakr por el Profeta Muhammad fueron recordados con cariño incluso después de su muerte. El cuarto califa bien guiado, Ali Ibn Abi Talib, habló durante el funeral de Abu Bakr y emocionó a los dolientes con historias de su valentía. "Lo apoyaste (al Profeta Muhammad) cuando otros lo habían abandonado, y te mantuviste firme para ayudarlo en las desgracias, cuando otros le habían retirado su apoyo. Tenías la voz más baja, pero la distinción más alta. Tu conversación fue muy ejemplar y tu razonamiento el más justo; tu silencio el de mayor duración y tu discurso el más elocuente. Valiente entre los hombres y bien informado sobre los asuntos, tu conducta fue digna.”



Notas de pie:

[1] Sahih Al Bujari.

[2] Abu Dawud.

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