El rol de un erudito musulman (parte 2 de 2)
Descripción: Términos asociados a los eruditos musulmanes y por qué debemos seguir un camino moderado.
Por Aisha Stacey (© 2015 NewMuslims.com)
Publicado el 12 May 2019 - Última modificación 04 Jun 2015
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Objetivos:
·Entender el rol de un erudito musulmán.
·Comprender la profundidad de su educación.
·Conocer la terminología asociada con la ley islámica y la erudición.
Términos árabes:
·Fatwa (plural: fatawa): Veredicto sobre un punto de la ley islámica dado por una autoridad reconocida.
·Mufti: Una persona calificada para dar un veredicto o fatwa.
· 'Alim (plural: ulama): Aquel que posee conocimiento. El término se refiere comúnmente al erudito religioso musulmán.
·Qadi: Un juez musulmán que toma decisiones legales de acuerdo a la Sharíah.
·Sharíah: Ley islámica.
·Sahabah (plural de sahabi): Se traduce como "compañeros". Un sahabi, como se utiliza comúnmente la palabra en la actualidad, es alguien que vio al Profeta Muhammad, creyó en él y murió como musulmán.
Hay muchas palabras asociadas al estatus de un erudito y muchas están definidas en la sección de "Términos árabes" aquí y en la parte anterior. Sin embargo, dos términos requieren de una definición y comprensión más profunda. Fatwa y Mufti son dos términos que se usan frecuentemente, pero a veces sin comprender realmente su significado.
Una fatwa es un veredicto legal islámico, dado por un experto en ley religiosa. Usualmente está relacionado a un tema específico y se emite por pedido de un individuo, grupo o juez, y se lo utiliza para resolver un asunto. Una fatwa es necesaria si un aspecto de la ley o las circunstancias no son claros. También, se necesita de las fatawa cuando surgen asuntos nuevos, como la creciente tecnología o la ciencia. "¿Puede involucrase un musulmán en la clonación?" es, por ejemplo, una pregunta que requeriría de una fatwa.
En las naciones que siguen la Ley islámica, las fatawa se debaten rigorosamente antes de ser publicadas. Son afirmadas por consenso de un consejo supremo religioso. En esos países las fatawa raramente se contradicen y son punibles por la ley. En los países donde no se reconoce la ley islámica, los musulmanes pueden encontrarse con fatawa que difieren en su veredicto; si ese es el caso, la persona puede elegir qué regla seguir.
A menos que alguien esté extremadamente educado en la jurisprudencia islámica, no tienen autoridad para emitir una fatwa. Una persona con tal nivel de preparación es conocida como mufti. Un mufti es considerado como el pináculo de los eruditos dado su entrenamiento avanzado, es un experto en Ley islámica, calificado para dar opiniones legales con autoridad (fatawa), es comúnmente un miembro de los ulama establecidos y está por encima del qadi. Por otro lado, el qadi juzga sobre casos particulares o incidentes concernientes a un individuo o grupo específico. Esos casos típicamente involucran a dos adversarios o partes opuestas. En circunstancias normales, ambos referentes (el mufti y el qadi) trabajan en conjunto: el mufti emite un veredicto legal y el qadi lo aplica.
Para emitir una fatwa, el mufti debe conocer muchas cosas que solo se pueden entender luego de años de educación exhaustiva en la religión. Por ejemplo, debe conocer los versículos del Corán relacionados al caso en particular, cuándo fueron revelados y por qué, tanto como saber distinguir entre aquellos que apoyan o se oponen al tema. Debe estar familiarizado con los ahadiz concernientes al veredicto y la fortaleza de su cadena de transmisión, y estar al tanto de los precedentes legales del caso, incluyendo argumentos y cualquier consenso de eruditos anteriores. Debe también estar preparado en la sintáctica, gramática, pronunciación, expresiones idiomáticas, usos lingüísticos específicos, costumbres y cultura prevalentes en los tiempos del Profeta y las dos siguientes generaciones.
Vale la pena recordar que las fatawa emitidas por individuos sin calificación y no autorizados no tienen validez legal. No es permisible dar un veredicto cuando no se posee el conocimiento y preparación requeridos. Además, la sentencia del mufti no tiene carácter de ley, sino que es una respuesta a un problema y depende de los individuos seguir o no el fallo. La ley, por otra parte, se aplica mediante sentencias individuales del tribunal.
La Ley islámica, también conocida como Sharíah, llama a la gente al camino de la moderación en todo asunto, incluyendo la creencia, adoración, ética, moral, conducta, interacciones, y entendimiento intelectual. Esto se puede considerar como la base de la Sharíah, según la cual el principio fundamental es la moderación. El Islam es un balance entre los extremos.
El Profeta Muhammad dijo: "¡Oh gente! Tengan cuidado con llegar a los extremos en asuntos de la religión, porque aquellos que vinieron antes de ustedes fueron condenados al fracaso por ello"[1]. En el Islam, la religión no está separada de la vida cotidiana; un musulmán se esfuerza por hacer de cada aspecto de su vida un acto de adoración. Es por eso que el Profeta Muhammad aconsejó a sus seguidores ser moderados, seguir un camino intermedio y siempre elegir la más fácil de las opciones dentro de las normas de la Sharíah. Uno de los roles del erudito musulmán es guiar y educar a los demás sobre dónde están esos límites.
“Hice de ustedes una comunidad moderada y justa...” (Corán 2:143).
La amada esposa del Profeta Muhammad, Aisha, dijo que "cuando el Profeta tenía que escoger entre dos opciones, siempre elegía las más fácil, a menos que representara un pecado, en cuyo caso lo evitaba"[2]. Es por ello que parte del rol de un erudito es facilitar la religión para los demás y evitar que lleguen a extremos.
Allah le dijo al Profeta Muhammad: “[Oh Muhammad] Por misericordia de Dios eres compasivo con ellos. Si hubieras sido rudo y de corazón duro se habrían alejado de ti...” (Corán 3:159). Por eso, cuando envió a Mu’adh Ibn Yabal (que Allah esté complacido con él) a enseñar el Islam a la gente de Yemen, le dio el siguiente consejo: "Faciliten los asuntos religiosos a la gente y no los compliquen. Que se obedezcan los unos a los otros y no hagan diferencias entre ustedes".
El Islam también logra un equilibrio al tomar el conocimiento de los eruditos musulmanes. Un musulmán no debe considerarse autosuficiente e ignorar todo lo que los eruditos tienen que decir, pues este es un camino seguro para caer en ideologías desviadas. Pero por otro lado, no debe considerar a los eruditos infalibles; tomar su palabra como sagrada es parte de los extremos de los cuales debemos alejarnos. El musulmán reconoce su nivel de comprensión humildemente y aprende de aquellos que son competentes y confiables.
Los eruditos musulmanes, aquellos formados para aconsejar y emitir veredictos religiosos, hacen su mejor esfuerzo para ayudar a los creyentes a transitar firmemente el camino correcto, el de la moderación. Primero adquieren un entrenamiento especializado y riguroso, la profundidad de su sabiduría no es algo que se pueda alcanzar con la información disponible en Internet. Un erudito es alguien que tiene conocimiento, y ha pasado muchas horas y años, incluso décadas adquiriéndolo.
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