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Preservación de la Sunnah (parte 4 de 4)

Valoración:

Descripción: Una introducción a la colección de hadices, su conservación y transmisión. Parte 4: Tercera y cuarta etapa de la recolección de hadices y los métodos para su preservación.

Por Imam Kamil Mufti

Publicado el 17 Apr 2019 - Última modificación 22 Oct 2017

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Prerrequisito

·Guía sobre el Hadiz y la Sunnah para principiantes.

Objetivos

·Identificar las cuatro etapas de la recolección de hadices.

·Identificar el papel de Omar Bin Abdulaziz en la preservación de la Sunnah.

·Aprender sobre la finalización de la colección de hadices en el siglo III y las principales obras de la época.

·Conocer los diversos métodos para preservar el Hadiz.

Términos árabes

·Sunnah:La palabra Sunnah tiene varios significados según el área de estudio; sin embargo, el significado que generalmente se le atribuye es: palabras, acciones y aprobaciones del Profeta.

·Hiyrah: El acto de emigrar de un lugar a otro. En el Islam, la Hiyrah se refiere a la emigración de los musulmanes de La Meca a Medina, y también marca el comienzo del calendario islámico.

·Hadiz (plural: ahadiz): Es un relato o una historia. En el Islam se refiere a un registro narrativo de los dichos y acciones del Profeta Muhammad y sus compañeros.

Tercera etapa en la recolección de hadices

Con el fallecimiento de la generación que había visto y oído directamente al Profeta, la obra de la recolección de hadices entró en una tercera etapa. Ya que los compañeros habían viajado lejos en el mundo islámico y transmitido el conocimiento de la Sunnah a sus estudiantes antes de morir, no había más relatos que buscar de las personas, y toda la acumulación de hadices era ahora propiedad de los maestros que enseñaban en diferentes centros. En la segunda etapa, el hadiz había pasado de la posesión individual a la posesión pública y, por lo tanto, en la tercera etapa todo el material del Hadiz acumulado podía ser aprendido acudiendo a diferentes centros en lugar de buscar a personas individuales.

Omar Ibn Abdulaziz, el califa omeya que gobernó hacia finales del siglo I de la Hiyrah, fue el primer hombre que emitió órdenes definitivas para que se hicieran colecciones escritas de hadices. Omar Ibn Abdulaziz escribió a Abu Bakr Ibn Hazm:

"Miren lo que se pueda encontrar del Profeta y escríbanlo, porque temo la pérdida del conocimiento y la desaparición de los sabios; y no acepten nada más que el Hadiz del Profeta; y las personas deben hacer público el conocimiento y deben formar grupos [de estudio] para que el que no lo sabe lo aprenda, porque el conocimiento no desaparece hasta que se oculta del público"[1].

Abu Bakr Ibn Hazm fue gobernador del Califa en Medina, y hay pruebas de que se escribieron cartas similares a otras regiones. Antes de mediados del siglo II, las colecciones escritas de hadices salieron a la luz. Cientos de estudiantes de hadices se dedicaban a la tarea de aprenderlos en diferentes centros. Cada erudito del Hadiz viajaba en busca de hadices. Jatib Al Baghdadi, un famoso erudito clásico, escribió toda una obra, Ar-Rihlah Fi Talab Al Hadiz (Viajando en busca del Hadiz). Lo interesante es que la obra habla de estudiosos que viajaron en busca de un solo hadiz. La colección más importante de la época es Muwatta del Imam Malik.

Cuarta etapa en la recolección de hadices

La obra de la colección de hadices se completó en el siglo III de Hiyrah. Libros de hadices de esta época, cuidadosamente compilados, nos han llegado en su forma completa. Fue entonces cuando se hicieron tres tipos de colecciones de hadices: Musnad, Yami' y Sunan. El Musnad era el tipo anterior y el Yami' el posterior. Las colecciones de hadices conocidas como Musnad estaban ordenadas, no según el tema del hadiz, sino bajo el nombre del compañero en cuya autoridad final se sustentaba el hadiz. La más importante de las obras de esta clase es el Musnad del Imam Ahmad Hanbal, que contiene unas treinta mil narraciones. Ahmad nació en el 164 H. y murió en el 241 H., y es uno de los más grandes eruditos en la historia del Islam. Su colección, sin embargo, contiene relatos de todo tipo. El Yami' no solo organiza los relatos según el tema, sino que también es más crítico. Seis libros se reconocen generalmente bajo este epígrafe, siendo las colecciones hechas por Muhammad Ibn Isma'il, comúnmente conocido como Al Bujari (m. 256 H.), Muslim (m. 261 H.), Abu Dawud (m. 275 H.), At-Tirmidhi (m. 279 H.), Ibn Maya (m. 283 H.) y An-Nasa'i (m. 303 H.). Estos libros clasifican los relatos por temas, lo que facilita su consulta a los estudiosos del Islam. Todos estos libros nos han llegado tal como fueron escritos por sus autores originales. Algunas de las obras más importantes han sido traducidas al español.

Métodos de preservación del Hadiz

A lo largo de las etapas de la recolección de hadices, se utilizaron ocho métodos para preservarlos. Solo el primero y el segundo se tratarán brevemente a continuación:

(1) Sama': Es la lectura del profesor a los alumnos.

(2) 'Ard: Lectura de los alumnos a los profesores.

(3) Iyazah: Permitir que alguien transmita el hadiz o libro bajo la autoridad del erudito sin que nadie lo lea.

(4) Munawalah: Entregar a alguien el material escrito para que lo transmita.

(5) Kitabah: Escribir hadices para alguien.

(6) I'lam: Informar a alguien que el informante tiene permiso para transmitir cierto material.

(7) Wasiiah: Confiar a alguien sus libros.

(8) Wayadah: Encontrar algunos libros o hadices escritos por alguien, como el descubrimiento cristiano de los Rollos del Mar Muerto o el hallazgo del manuscrito más antiguo del Nuevo Testamento con algunos monjes en el Monte Sinaí por Tischendorf. En ningún momento los estudiosos musulmanes reconocieron que este era un método fiable de transmisión.

En el período de los Compañeros solo se utilizó el primer método. Los estudiantes solían quedarse con sus maestros, servirles y aprender de ellos. Un poco más tarde, los métodos más comunes fueron el primero y el segundo. Dado que la wayadah no era reconocida por los eruditos, no se aceptó ningún otro método fuera de los siete mencionados anteriormente.

Sama' incluía la recitación, lectura de libros, preguntas y respuestas, y dictado. La práctica de la recitación del hadiz por parte del maestro comenzó a declinar a partir de la segunda mitad del siglo II, aunque persistió durante mucho tiempo. Los estudiantes fueron asignados a un solo erudito durante un largo período de tiempo, hasta que fueron considerados autoridades en el Hadiz de sus maestros. Solo unos pocos hadices, unos cuatro o cinco eran discutidos en una lección. Se prefería que el profesor leyera sus propios libros. También, el profesor realizaba una lectura del libro de su alumno. Esta era una forma de probar al profesor para ver si había memorizado correctamente su hadiz. Además, insertaban hadices en los hadices que habían aprendido de sus maestros, y les entregaban sus libros a los maestros para que los leyeran, para averiguar si podían descubrir sus inserciones. Aquellos que no reconocían el material adicional eran denunciados y considerados poco confiables.

Ard fue la práctica más común desde principios del siglo II. Las copias fueron proporcionadas por los maestros o hechas por los estudiantes a partir del original. Hacían una marca circular después de cada hadiz. Cada vez que el alumno leía el hadiz a su maestro, hacía una marca en el círculo para indicar que el hadiz había sido leído al maestro. Esto era necesario porque, aunque el estudiante conocía el hadiz a través de los libros, no se le permitía utilizarlo para enseñarlo a otros o para su propia compilación hasta que lo hubiera obtenido por los medios adecuados. De lo contrario, se lo llamaría "ladrón de hadices" (sariq al hadiz).

Se llevaba un registro regular y, después de leer el libro completo, el maestro o uno de los eruditos famosos que asistían a las clases escribía una nota que daba detalles de asistencia, como quién escuchó el libro completo, quién se unió en parte, qué parte leyeron y qué parte se perdieron, mencionando fechas y lugares. El libro era firmado generalmente por el maestro o por un erudito reconocido para indicar que no se podían hacer más adiciones al mismo.

Conclusión

Como resultado de los extraordinarios y meticulosos esfuerzos de los primeros musulmanes, la Sunnah y el Hadiz del Profeta han sido preservados de manera precisa y confiable para nosotros. Puesto que el Profeta Muhammad (que la misericordia y las bendiciones de Allah sean con él) fue el último Profeta enviado por Allah a la humanidad, tiene sentido que sus enseñanzas hayan sido preservadas completamente. Si sus enseñanzas no hubiesen sido preservadas, habría sido necesaria la venida de otro Profeta para enseñar la religión de Allah y la forma en que debe ser adorado. Las enseñanzas del Profeta Muhammad serán preservadas hasta el Día del Juicio y, por lo tanto, no aparecerán ningún nuevo Profeta. Es nuestra responsabilidad aprender y practicar el Islam de forma correcta, como el Profeta Muhammad enseñó, para ganar la salvación.




Notas de pie:

[1] Sahih Al Bujari.

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